Crecimos en la cotidianidad de abrir la llave de un grifo y ver salir el agua. Ese sonido del agua cayendo se nos hizo familiar, a tal punto que por segundos casi hipnotiza al escucharlo. De pequeño, me impresionaba la fuerza del chorro cuando abría por completo esa "màgica llave". A veces llegaba de jugar y tomaba agua del grifo hasta casi reventar, solo así calmaba mi sed. No me acuerdo que alguna vez llegara a faltar. Para mi se asemejaba al aire, era normal que siempre estuviera.
Me hice adulto y pareciera que al crecer también cambio la realidad para el acceso al agua. Ahora no está todos los días, cuando llega, viene de color marrón oscuro y hay que esperar que se aclare. Impensable por mas sed que tenga, pueda beberla directamente del chorro. Pero aun así, se que sigo siendo un gran afortunado porque del grifo de mi casa todavía, así sea de manera irregular, sale agua.
En el mundo solo alrededor de mil millones de los 7 mil millones de personas que lo habitan, disponen del privilegio de tener agua en el grifo de su casa. Es decir, de cada 7 personas, una es usuaria de esa facilidad. América y Europa son los continentes que mayoritariamente disponen de este servicio.
Sin embargo, acceder al agua en el grifo 100% potabilizada es cada vez menor, hay que extremar medidas: filtrarla, hervirla. Debido a que la gran mayoría de los embalses, estan vulnerados por las distintas formas de contaminación. Existe también, en los 5 Continentes, una alta población que no tiene acceso al agua potable (alrredor de 900 millones de personas).
En América Latina y el Caribe, se calcula que 100 millones de habitantes de la región, no disponen de agua limpia, siendo esta población la más sensible a las enfermedades diarreicas. Las consecuencias relacionadas con el consumo de agua no potable provocan cada año más víctimas mortales en el Continente Americano que cualquier tipo de violencia, es el dato difundido por la ONU con motivo de la celebración del Día Mundial del Agua.
Cuando tuvimos agua en el grifo en abundancia, fue la etapa donde éramos felices y no lo sabíamos.