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actualizado 7 de nov. 2012
El XVIII Congreso del Partido Comunista Chino
La República Popular China, no es propiamente una democracia de estilo occidental
Por Gustavo Adolfo Vargas
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Según The New York Times, la familia del primer Ministro chino, Wen Jiabao, amasó una fortuna durante la estancia del mandatario en el poder, quien ha mantenido una imagen de hombre cercano al pueblo. Las revelaciones se dan cuando China se apresta a celebrar el XVIII Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh) en cuya cúpula se producirá el relevo generacional, a partir del 8 de noviembre.

El proceso de transición de poder ha estado matizado por las luchas entre las diferentes facciones del PCCh en torno a la caída del ex-secretario del partido en la municipalidad de Chongqing, Bo Xilai, acusado, entre otros delitos de abuso de poder y corrupción. Líder del ala más izquierdista y conservadora; hijo de uno de los jefes revolucionarios históricos que combatió con Mao.

Distintas facciones partidarias alcanzaron acuerdos referente a la división de cuotas de poder, nombramientos y a la composición de las estructuras centrales del partido, sobre todo del Buró Político y de su Comité Permanente.

Tales revelaciones sobre Wen Jiabao suponen un duro golpe. El primer ministro, de 70 años, se ha proyectado como persona humilde y reformista, luchador contra los abusos y corrupción dentro del partido, principales causas de descontento entre la población. Otras revelaciones tuvieron lugar en junio en torno a Xi Jinping, actual vicepresidente del país, próximo secretario general del PCCh y presidente de China.

En sociedades confucianas, las personas mayores gozan de gran respeto. La influencia de los viejos líderes no se desvanece al dejar sus cargos. El ex-presidente y ex-secretario general Jiang Zemin, aún conserva mucho poder tras una década de cesar en sus responsabilidades.

El patriarca Deng Xiaoping, sucesor de Mao y padre de las reformas económicas, dejó todos los cargos, excepto el de presidente de la Comisión de Asuntos Militares del PCCh, al cual renunció por la edad y razones de salud, en favor de Jiang Zemin.

Según los observadores, en comparación con la condición de líderes absolutos de Mao y Deng, ninguno desde Jiang, goza de semejante autoridad. Carentes de las “credenciales divinas” de revolucionarios forjados en la lucha contra los japoneses o los nacionalistas en la guerra civil, la política interna china se institucionalizó, con Jiang y Hu.

La República Popular China, no es propiamente una democracia de estilo occidental. Desde 1978, las reformas económicas trajeron bienestar, apertura y diversidad en sus medios de comunicación, sin desaparecer la eficiente censura, incluyendo Internet.

Los mecanismos, procesos y luchas de poder internos siguen siendo una incógnita fuera de las estructuras superiores del PCCh. Hay una generalizada percepción, de que las pugnas de poder recrudecieron al acercarse la fecha del congreso.

La lista fue elaborada por el actual presidente, su antecesor y su seguro sucesor antes del cambio de liderazgo en el gigante asiático, que sucede una vez cada 10 años y finalizará el próximo mes, con el XVIII Congreso del Partido Comunista Chino.

Comenzar a asumir las riendas del poder será tarea de una nueva generación de líderes. Planificado con años de antelación y consenso interno, el vicepresidente Xi Jingpin asumirá como futuro Secretario General del PCC y luego como presidente, sucediendo a Hu Jintao. El último peldaño del poder que escalará será el de presidente de la Comisión de Asuntos Militares del PCCh.

Li Keqiang sustituirá como primer ministro a Wen Jiabao, tomará las riendas de la administración y la economía del coloso asiático. La asunción de Xi y Li marcará la toma del poder de la “quinta generación de líderes”, sucediendo a la cuarta de Hu y Wen, la cual fue designada a asumir por el patriarca Deng Xiaoping, padre de las reformas que modernizaron China.

Dada la crisis económica, las miradas mundiales están dirigidas a lo que suceda en Pekín, como motor del crecimiento global, segunda economía planetaria, por sus intereses y posición en Asia. Curiosamente, el cónclave inicia a los pocos días de las elecciones presidenciales en Estados Unidos.

El desarrollo de la economía ha originado una injusta distribución de la riqueza, la pérdida de credibilidad, corrupción y otros problemas. Para resolverlos, es necesario adoptar no sólo reformas económicas sino políticas, especialmente unas orientadas al partido y el sistema de liderazgo del Estado.

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