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actualizado 5 de Sept. 2011
Canadá: El vecino más distante (Parte II)
El país nórdico podría ser un contrapeso a las políticas unilaterales de EE.UU.
Por Ignacio Pareja Amador
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Existen varias razones por las cuales Canadá no tenía una relación fructífera con América Latina (AL) después de la segunda guerra mundial. Albert Legault argumenta que pese a la cortina de EE.UU., AL y Canadá pudieron interactuar dentro de los organismos multilaterales, además existen ciertos motivos no declarados que impidieron el aumento de las relaciones, como las razones socioculturales (barrera lingüística, falta de personal, percepciones diferentes) y las razones políticas (la negativa canadiense de ingresar a la OEA), la competencia que representó Canadá para América Latina y el hecho de no verse envuelto en conflictos de índole regional o en medio de una disputa de EE.UU. con sus vecinos del sur.

Durante el periodo de guerra fría, con el ascenso de la URSS como super potencia, la política de bloques y la lucha ideológica, Canadá reconoció que no sería la URSS el elemento que debía preocupar a los EE.UU. respecto a la influencia del comunismo en AL, sino que debía ser la desigualdad social la que debía tratarse, ya que en los países latinoamericanos la riqueza se distribuye en pocas manos, de tal forma que si las mayorías tuvieran consciencia de la injusticia distributiva, estas accederían al poder y buscarían el apoyo de la URSS.

Siendo un aliado importante de los EE.UU., durante la segunda guerra mundial y habiendo obtenido la victoria junto con éste, Canadá se mostró igualmente inconforme de llevar una relación con aquellos países de tendencia izquierdista o comunista, que afectaran los intereses de sus empresas en la región latinoamericana.

De esta manera, Canadá encontraba mayores semejanzas con los países del Atlántico norte que con los países de AL, que se ubicaban tan lejos en términos democráticos. Las dictaduras latinoamericanas ausentaron a Canadá del escenario político en la región, pese a que los mercados seguían siendo una prioridad para Ottawa.

Podemos decir entonces que, independientemente de su relación con América Latina, la política exterior de Canadá se ha visto históricamente afectada por varios factores: su cercanía geográfica con EE.UU., su relación histórica con Reino Unido, sus lazos con la civilización occidental.

Por otro lado, debe tomarse en cuenta que los países de América Latina buscaban la entrada de Canadá a la OEA bajo dos objetivos: Primero formaba parte del hemisferio, así que tenía la obligación de formar parte de la organización hemisférica más importante, la cual tiene por meta la solución de problemáticas dentro del continente. Además al entrar Canadá a la Organización, los países latinoamericanos podrían abrir nuevos espacios para sus productos con Canadá.

En segundo lugar, el país nórdico podría ser un contrapeso a las políticas unilaterales de EE.UU., debido a su posición geográfica, sus altos niveles de vida y sus relaciones con Reino Unido. Sin embargo Canadá no formaría parte del organismo como miembro pleno hasta que éste se flexibilizara y cambiara los rubros de acción en los cuales se desenvolvió, esto ocurriría hasta 1990.

Vale la pena hacer notar que el primer principio de política exterior de Canadá –debido su situación geográfica- es el mantenimiento de relaciones amistosas con EE.UU. Así que evitar el choque con la superpotencia fue la meta principal para el gobierno de Ottawa durante el periodo de Guerra Fría. No es lo mismo participar en un organismo como la Organización de Naciones Unidas (ONU), que es universal, o en la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN) donde existe cierto equilibrio de fuerzas, que en la OEA, donde un actor acaudala el poder por encima de los demás miembros. Por ello, Canadá se mantuvo alejado de los organismos multilaterales del hemisferio, con el objetivo de no derivar su participación a un choque de intereses con EE.UU.

El factor que más influyó en el alejamiento de Canadá con AL fue la geografía. Canadá teniendo como vecino del sur al país más influyente del mundo, y habiendo orientado su comercio a Reino Unido y a los países de la Commonwealth no percibía a AL como un actor de grandes prioridades por estar dentro de la zona de influencia de EE.UU.

Canadá tenía problemas similares a América Latina durante el periodo de Guerra Fría, sobre todo en la cuestión de evitar la influencia o absorción de su vecino del sur. Con tan poca población, con problemas internos de gran envergadura y con similitudes significativas en materia política, económica y social, Canadá ha tenido que ser un actor cuidadoso en su andar internacional, pues ha estado cerca de los protagonistas mundiales, (EE.UU. y Reino Unido). Los principales problemas del país de la hoja de maple y la literatura que ha sido fruto de las indagaciones de investigadores durante ese periodo, revelan que la nación canadiense ha tenido serios problemas para considerarse a sí misma como una nación.

Ninguna frase describe mejor la política exterior de Canadá durante el periodo de Guerra Fría que la expresada por Barry Farrell: “[…] parece que la política de Canadá quedará entre estas dos alternativas: nunca completamente neutral y nunca comprometida completamente”.

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