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actualizado 9 de Mayo 2013
Paraguay: ¿virando a la derecha?
En Paraguay la lucha por acceder a la presidencia dejó muchas interrogantes en el aire
Por Gustavo Adolfo Vargas
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Desde el golpe de estado que acabó con la dictadura de Alfredo Stroessner en febrero de 1989, el reciente sufragio en Paraguay, fue el sexto evento electoral general y nacional realizado en ese país.

En los comicios generales celebrados el domingo 21 de abril (2013) se eligieron: presidente, vicepresidente, senadores, diputados, gobernadores, concejales de los departamentos y miembros del Parlasur.

El nuevo mandatario y su vicepresidente, asumirán sus cargos el próximo 15 de agosto, finalizando en agosto de 2018, sin opción a reelegirse. Por su parte, los 17 gobernadores electos y sus respectivos concejales, asumirán funciones simultáneamente con los senadores y diputados, a partir del primero de julio de 2013. Dichas elecciones despertaron especial interés a nivel mundial, siendo las primeras en efectuarse tras la crisis política de 2012, que derivó en la suspensión del Paraguay, del MERCOSUR y la UNASUR.

Se postularon diversos candidatos, entre ellos, 45 senadores, 80 diputados del Parlasur y concejales departamentales. Se disputaron, 17 cargos de gobernador, uno por cada departamento. Se reconocieron a 27 partidos y 16 movimientos políticos, 7 alianzas y 3 concertaciones electorales.

El acceso de Fernando Lugo al poder en el Gobierno del Paraguay en 2008, abrió un paréntesis en la larga hegemonía del Partido Colorado (Asociación Nacional Republicana). Ello fue posible a través de una alianza de partidos y movimientos sociales, Alianza Patriótica para el Cambio, en la cual uno de los socios institucionales más importantes fue el Partido Liberal Radical Auténtico quien habilitó una estructura partidaria nacional. Tal presencia tuvo como contraparte el acompañamiento de Federico Franco en la fórmula presidencial, un golpista que gobernó el Paraguay desde junio de 2012.

El empresario Horacio Manuel Cartes Jara, candidato por la Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado) de tendencia conservadora, resultó electo presidente de la República de Paraguay, y se convierte en el outsider del centenario partido. Posee un poder económico que le brinda autonomía para financiar una palestra de asesores internacionales. Francisco Cuadra, el principal, fue hombre de confianza de Pinochet y su Secretario de gobierno entre 1984 y 1987.

De esta forma, el Partido Colorado vuelve a sentar a uno de sus miembros en la silla presidencial de la nación sudamericana, pues en 2008, con el arribo de Lugo al poder, se puso fin a 60 años de presidentes adscritos al mismo.

Su contrincante de mayor peso, el liberal Efraín Alegre, ex Ministro de Obras Públicas y Comunicaciones de Fernando Lugo, fue responsable directo del golpe de Estado. En el segundo lugar se encontraban las izquierdas, que permanecieron unidas a este en el poder, ahora se encuentran desperdigadas y fragmentadas.

En toda la campaña electoral, la corrupción campeó a nivel de los dos principales partidos, el Colorado y el Liberal, cuyos dirigentes confiesan que invirtieron muchos millones de dólares, lo cual ha desatado la censura a algunos órganos de prensa a las fuerzas progresistas o de oposición al bicéfalo y arcaico engendro colorado-liberal.

Oscuras perspectivas se ciernen en el panorama político, abierto con la elección del empresario multimillonario Horacio Cartes como Presidente. Es el desafío que debe afrontar la ciudadanía con mayor conciencia de los derechos y deberes que les asisten en una sociedad democrática.

En política internacional es un tema casi ignorado por ambos candidatos, sus intenciones se filtran a través de algún postulante a gobernador o parlamentario y, en general, poco difiere con el actuar del actual gobierno. Apoyan la instalación de una base bélica en el Chaco, en la frontera con Bolivia, con los radares puestos en dirección de Argentina y la rica Amazonía.

Paraguay, vecino de tres países con gobiernos demócratas e indóciles al imperio, tiene una trascendente misión en el plan geoestratégico que desde hace tres años Estados Unidos aplica en Honduras, suplantando gobiernos legítimamente elegidos por regímenes serviles, vergonzantes ejecutores de la brutal política que Washington impone en el subcontinente que, según la poco oportuna, pero sincera confesión pública de su Secretario de Estado John Kerry, continúa siendo su patio trasero que no están dispuestos a perder.

Desde el punto de vista político, es realmente sorprendente el resultado de las elecciones, considerando que la gran mayoría de la población atraviesa una precaria situación económica; ¿Por qué entonces votaron por un modelo continuista que acaso los lleve por sendas de mayor pobreza?

Lo cierto es que en Paraguay la lucha por acceder a la presidencia dejó muchas interrogantes en el aire. ¿Continuará la subordinación a Estados Unidos?

*Diplomático, jurista, y politólogo.

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