La Jornada
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ACTUALIZADO: 7 DE SEPTIEMBRE DE 2007
OPINIÓN
¡Abran la puerta de la ONU a Taiwan!
Por Shieh Jhy-wey*

Proclamando una vez más la determinación de los 23 millones de habitantes de Taiwan por tomar el lugar que les corresponde en la familia de naciones, el presidente Chen Shui-bian presentó el 18 de julio una solicitud de ingreso a la Organización de las Naciones Unidas al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. En respuesta, una vocera de la Secretaría de la ONU declaró ante la prensa el 23 de julio que la solicitud de Taiwan “no puede ser recibida, y por ello, fue regresada” según la “política de una China de las Naciones Unidas” basada en la Resolución 2758 de la Asamblea General.  

Este comportamiento es desconcertante, tanto por ser arrogante como denotar ignorancia.

La Carta de las Naciones Unidas y los reglamentos de procedimiento de la ONU estipulan sin lugar a dudas que el Secretario General debe referir inmediatamente las solicitudes de ingreso al Consejo de Seguridad. El Consejo de Seguridad debe deliberar sobre este asunto y hacer una recomendación a la Asamblea General, cuyos miembros a su vez deliberarán acerca del tema y votarán sobre éste. Sin embargo, la Secretaría de la ONU ha coartado los poderes de deliberación y decisión de los estados miembros.

La acción del dirigente de la ONU también es perturbadora porque ha malinterpretado exageradamente tanto la naturaleza de la solicitud de Taiwan como el contenido de la Resolución 2758.  Esta solicitud en ninguna forma constituye un reto al derecho del gobierno de la República Popular China (RPCh) para representar a China. Pero tampoco la resolución implica que Taiwan es parte de China.  

Tras pagar un alto precio en sufrimiento en el transcurso de 38 años de Ley Marcial, el pueblo de Taiwan ha creado una vibrante democracia, siendo calificada como la nación más libre en Asia por la Freedom House en su Informe sobre Libertad en el Mundo 2006 de 700 páginas

Tal vez los funcionarios de la ONU han sido engañados por las acciones del ahora caduco gobierno partido-estado de la República de China (RDCh) dirigido por Chiang Kai-shek, que alguna vez gobernó Taiwan. El régimen de Chiang afirmaba que era el único gobierno legítimo de China. Como no estaba dispuesto a coexistir con la RPCh en la ONU, se retiró de esta entidad mundial en 1971, justo antes de que se aprobara la Resolución 2758.   

El gobierno democrático de Taiwan en la actualidad no hace tal aseveración, y está anuente a coexistir y cooperar con el gobierno de la RPCh en cualquier forma posible. A pesar de que nuestro país todavía ostenta el título de “República de China”, la mayoría de nosotros se identifica como “taiwaneses” y llamamos a nuestro país “Taiwan” –tal y como de hecho lo hace casi todo el resto del mundo.      

Por esta razón, y para subrayar el hecho de que Taiwan no pretende competir por el derecho de gobernar China, la solicitud del presidente Chen pide “que se admita a Taiwan como miembro de las Naciones Unidas. Esto sigue un bien establecido precedente de utilizar nombres para la participación dentro de la ONU y otras organizaciones internacionales que son diferentes de los constituidos y usados localmente.
 
Sin tomar en cuenta el estatus de Taiwan, el Estrecho de Taiwan es sin lugar a dudas uno de los puntos de conflicto más peligrosos en el mundo. Dado que China continental amenaza con iniciar una guerra de anexión, ha desplegado mil misiles dirigidos hacia Taiwan, y rehusa dialogar directamente con el gobierno elegido democráticamente en Taipei; cae en las Naciones Unidas la obligación de cumplir con su papel de vigilante de la paz en la región. Al menos, debería facilitar la comunicación entre las partes involucradas en conservar la paz en el Este Asiático antes de que se desencadene una crisis.

Por lo tanto, las organizaciones y los funcionarios de la ONU deben dejar de permitir ser intimidados por el gobierno totalitario de la RPCh para tomar decisiones poco sabias. En particular, deben dejar de doblegarse ante la aseveración de que Taiwan es una provincia de la República Popular China. Tampoco Taiwan forma parte de una “China dividida” compuesta por los segmentos de la RPCh y la RDCh.

La Carta de las Naciones Unidas indica que todos los Estados pueden ser miembro. Taiwan es sin lugar a duda un Estado soberano, que por seis décadas ha cumplido todos los criterios que definen un Estado según lo estipulado en la Convención de Montevideo de 1933. A diferencia de la RPCh, Taiwan también es un estado en el cual la soberanía reside en su pueblo, como lo establece la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

Por lo tanto, todas aquellas naciones que defienden el respeto a la ley, la libertad, y los derechos humanos tienen la obligación moral de apoyar la condición de miembro de la ONU para Taiwan. Nunca cambiaremos la libertad por la tiranía.

*Ministro, Oficina de información del Gobierno Taiwán

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