“¿Hacia dónde miras en tu vida? ¿Atrás o adelante?” En la mañana del lunes 28 del mes pasado, Gustavo Encina, piloto del avión de LaMia que ese mismo día trasladó al plantel del Chapecoense a Colombia, escribió un mensaje en su cuenta de Facebook. En esas primeras horas, el texto no llamó la atención, pero después de la tragedia, sus palabras parecieron a muchos premonitorias.
“Que el Señor te dé la gracia de soltar las cosas, aun aquellas que consideras preciosas en esta vida, y te permita mirar hacia adelante, donde está Cristo esperándote, para un encuentro glorioso que te abrirá las puertas de la eternidad”, concluye el texto de Encina.
Aunque para algunos este mensaje de connotaciones religiosas no llama la atención más que otros publicados por el piloto en su cuenta, para otros muchos frases como “donde está Cristo esperándote”, “un encuentro glorioso” o “que te abrirá las puertas de la eternidad”, se acercan más a un vaticinio de lo que el destino le deparaba.
En el accidente ocurrido en Colombia murieron 71 personas, entre futbolistas, cuerpo técnico y dirigentes del Chapecoense y periodistas de medios brasileños e internacionales que viajaban a Medellín para cubrir la primera final de la Copa Sudamericana.