Pepe Mujica, el expresidente uruguayo que aprobó con alta consciencia lo que es sembrar ética y moral desde el poder, respalda la candidatura al Nobel de Literatura, 2018, al poeta Ernesto Cardenal. El poeta trapense no se cree” iluminado ” por el Nobel. No le interesa. No le angustia, es que, “odia al tiempo”. Como capricorniano su defensa es soñar. Confiesa que le gusta más leer que escribir. En Europa, los llenos multitudinarios para escucharlo leer sus poemas, son reales. Aquí, tiene un mínimo mediático, casi como que no existiera en las letras nicaragüenses. Sus obras, poco se venden. Pero su obra continúa acaparando premios, como el El Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2012) equivalente al Nobel de Literatura.
Su “Canto Cósmico” constituye la obra poética que América Latina haya producido. Aunque, algunos intelectuales piensen lo contrario. A sus 93 años, se mantiene lúcido. Su más reciente obra “Así en la tierra como en el cielo” es su retorno místico. Su vida ha sido signada por su entrega a Dios y a la poesía. Su gran amor fue Claudia, la que inmortalizó en el poema: Al perderte yo a tí tú y yo hemos perdido: yo porque tú eras lo que yo más amaba y tú porque yo era el que te amaba más…….sus Salmos mantienen su frescura y son penetrantemente bellos. En un recital en Chile, una señora le preguntó que pensaba de la muerte y así respondió:
Como digo en esa poema a Laureano, todos nos hemos deshauciado. Ya desde que uno nace, está muriendo. Creo que la muerte es para resucitar. Para resucitar, primero hay que morir (eso es lo que vino a enseñarnos Cristo a la tierra, con su palabra y con su ejemplo). Entonces, podemos decir que en lo cementerios no hay nadie; que no hay para qué ir a los cementerios a poner flores, porque están vacías las tumbas. Todos han resucitado….los que han muerto en el Amor.