El asesor económico de la Casa Blanca, Gary Cohn, renunció ayer martes en medio de diferencias de opinión con el presidente Donald Trump, tras haberle urgido infructuosamente no imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio.
La salida de Cohn, expresidente de la firma financiera Goldman Sachs, era previsible luego que Trump anunció planes de imponer un arancel del 25% a las importaciones de acero y un 10 por ciento a las de aluminio.
Pese a las presiones del liderazgo de su propio partido, y a los consejos de algunos de sus allegados, Trump ha reiterado que seguirá adelante con su plan de aplicar las medidas.
Solo hace unos meses, Cohn y su equipo ayudaron a conseguir la aprobación de la reforma tributaria. Eso se lo reconoció el presidente en un comunicado emitido al conocerse la noticia.
“Gary ha sido mi asesor económico en jefe y realizó un magnífico trabajo en impulsar nuestra agenda, ayudando a conseguir un histórico recorte de impuestos y reformas y a liberar la economía estadounidense una vez más. Él constituye un raro talento, y le agradezco por su dedicado servicio al pueblo estadounidense”, dijo el presidente.
En un comunicado propio, Cohn afirmó que fue un honor para él servir al gobierno y “promulgar políticas en pro del crecimiento económico para beneficio del pueblo estadounidense”.
La dimisión de Cohn se suma a otras ocurridas en los últimos días, incluyendo la de la directora de comunicaciones de la Casa Blanca, Hope Hicks.
Apenas el martes por la mañana, Trump había negado que el caos este reinando en la Casa Blanca. “La nueva narrativa de las noticias falsas es que hay CAOS en la Casa Blanca. Equivocados”, dijo en su cuenta de Twitter.