Un total de seis detenidos, varios heridos y cuatro edificios incendiados han sido los resultados de la masiva manifestación contra las reformas del sistema sanitario y educativo impulsadas por el Gobierno hondureño que preside Juan Orlando Hernández.
Las llamas y gritos de los miles de manifestantes luchando por un sistema público han conseguido que el Congreso Nacional haya suspendido este lunes, al menos de forma temporal, la sesión que se iba a celebrar para ratificar la conflictiva Ley de Reestructuración y Reforma del Sistema de Salud y de Educación, tras haber sido aprobado en el Parlamento.
El personal sanitario y docente condena que las citadas reformas gubernamentales pretenden privatizar tanto la educación como la salud, según la agencia de noticias ‘Reuters’.
El Gobierno niega que la privatización sea el objeto de la legislación. Por su parte, el presidente del Congreso, Mauricio Oliva, ha señalado que “los que salen a protestar no han entendido o no quieren entender la ley” puesto que, según la Cámara Baja, legislación “no tiene en ninguno de los 6 artículos disposiciones para despedir personal o privatizar esos servicios”.
Además, el Gobierno de Hernández sostiene sobre las movilizaciones que se tratan de una estrategia de la oposición que ha tenido su origen en la falta de comprensión del mensaje que contiene la propuesta, según ha indicado la radio local ‘HRN’.
El Ejecutivo también ha reiterado su firme posición a través de la red social Twitter y ha justificado la iniciativa señalando que “los hondureños sabemos que nuestro pueblo merece una verdadera educación de calidad y mejor atención en el sistema de salud”.
Sin embargo, ha utilizado la red social para hacer un llamamiento a un “diálogo amplio y sincero” tras los resultados catastróficos de la manifestación. Asimismo, ha manifestado que “las diferencias políticas nunca se pueden justificar con la violencia, con la destrucción de la propiedad, eso es dañino hasta para los mismos violentos”.