Colgate-Palmolive Co. está advirtiendo a venezolanos no comprar versiones falsas de sus marcas de pasta dental, llevando a las autoridades locales a emitir una advertencia de salud, cuando la demanda por productos importados en la disfuncional economía venezolana fomenta la propagación de productos de imitación.
Colgate, en una declaración el lunes, dijo que advirtió a las autoridades venezolanas de salud del potencial riesgo de la “comercialización y uso de estos productos falsificados”, sin dar mayores detalles.
El Instituto Nacional de Higiene de Venezuela indicó que ha determinado que algunas pastas dentales afirmando ser de Colgate no contenían flúor. Su uso plantea un riesgo para la salud por posible contaminación microbiológica, indicó el instituto en una alerta sanitaria.
El instituto no mencionó ningún reporte de problemas de salud, pero pidió a los venezolanos reportar en caso de que ocurriera.
Las pastas dentales falsas habrían sido importadas desde China, México y Tailandia y tienen el mismo esquema de color y diseño de algunas de las marcas genuinas de Colgate disponibles en Venezuela, indicó el instituto.
En la declaración del lunes de Colgate, se indicó que los compradores pueden identificar un producto auténtico porque el texto en el tubo y la caja está en español y muestra un permiso sanitario oficial.
El instituto no ofreció detalles sobre el número de productos Colgate falsos en Venezuela, ni identificaron la compañía que está produciendo la pasta dental. Colgate no respondió a las solicitudes de Reuters de más comentarios.
El colapso de la economía hiperinflacionaria de Venezuela ha cerrado la mayoría de los productores locales de productos dentales, estimulando la demanda de la importación de bienes de consumo difíciles de conseguir como la pasta dental Colgate. Muchos productos importados se venden en tiendas del mercado negro que no evalúan la calidad de los productos.
“Varios amigos me han dicho que tenga cuidado, que hay marcas de pastas dentales que dañan las encías”, aseguró Rosa Arias, una trabajadora de mantenimiento de 61, mientras compraba en un quiosco en el este de Caracas.