El Papa dará Bendición Urbi et Orbi extraordinaria y se podrá ganar indulgencia plenaria
En su tercer Ángelus a puertas cerradas, por streaming, debido a la pandemia por el Covid-19 que está arrasando al planeta y castigando especialmente a Italia, el Papa convocó hoy a todos los cristianos una oración mundial este miércoles y viernes próximos.
“Queridos hermanas y hermanos, en estos días de prueba, mientras la humanidad tiembla por la amenaza de la pandemia, quisiera proponer a todos los cristianos que unan sus voces hacia el cielo. Invito a todos los jefes de las Iglesias y a los líderes de todas las comunidades cristianas, junto a todos los cristianos de las varias confesiones, a invocar el Altísimo, Dios todopoderoso, recitando contemporáneamente el Padre Nuestro”, dijo.
En esta línea, el Pontífice explicó: “queremos responder a la pandemia del virus con la universalidad de la oración, la compasión, la ternura. Mantengámonos unidos. Hagamos sentir nuestra cercanía a las personas más solas y a quienes más sufren”.
En esta línea, el Pontífice explicó: “queremos responder a la pandemia del virus con la universalidad de la oración, la compasión, la ternura. Mantengámonos unidos. Hagamos sentir nuestra cercanía a las personas más solas y a quienes más sufren”.
Asimismo, Francisco expresó su cercanía a “los médicos, a los trabajadores sanitarios, enfermeros y enfermeras, voluntarios” y a las autoridades que “deben tomar medidas duras, pero para nuestro bien. Nuestra cercanía a los policías, a los soldados que en la calle intentan mantener siempre el orden para que se cumplan las cosas que el gobierno pide que hagamos por el bien de todos. Cercanía a todos”.
“En estos días de prueba, mientras la humanidad tiembla con la amenaza de la pandemia, quisiera proponer a todos los cristianos de las diferentes confesiones que unan sus voces hacia el cielo”, exhortó el Papa.
Francisco también convocó a otro momento de oración para el viernes 27 de marzo, a las 18, cuando presidirá desde la Plaza de San Pedro, vacía, la escucha del Evangelio, una súplica, la adoración del Santísimo y al final impartirá una bendición “urbi et orbi”, a la ciudad y al mundo, extraordinaria, en la que podrá recibirse la indulgencia plenaria.