El Gobierno boliviano denunció que la solicitud de la oposición en la que pide la renuncia de los miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE) es un intento de “boicot” a las elecciones presidenciales del próximo mes de octubre, en las que el actual presidente de Bolivia, Evo Morales, buscará un cuarto mandato consecutivo.
“Como Gobierno rechazamos de manera categórica los intentos de desestabilización y boicot a las elecciones que promueven cívicos y partidos de oposición, somos tajantes con este rechazo”, indicó en conferencia de prensa el ministro de Comunicación de Bolivia, Manuel Canelas.
Estas declaraciones se produjeron horas antes de que llegue hasta las puertas del TSE una marcha convocada por comités cívicos y agrupaciones ciudadanas de oposición que han lanzado la consigna de renuncia de ese órgano, al que acusan de actuar en favor del oficialismo.
En las elecciones convocadas para el próximo 20 de octubre, Morales –quien gobierna desde 2006– se enfrentará como favorito en las encuestas a una oposición dispersa en ocho candidaturas, con posibilidades de lograr una victoria definitiva en primera vuelta, según varias encuestas de intención de voto.
Además, Canelas añadió que “probablemente la caída en sus preferencias electorales los ha llevado a una cosa temeraria y peligrosa, que es este boicot a las elecciones generales”.
Asimismo, el funcionario agregó que no hay motivos para desconfiar del TSE, remarcando que desde que Morales llegó al Gobierno no se produjo ninguna denuncia formal de irregularidad electoral, “no ha habido ninguna denuncia de fraude ni siquiera presentada, menos probada”.
Por su parte, los opositores afirman que la habilitación de la candidatura de Morales mostraría una parcialización del órgano electoral en favor del oficialismo.