El consumo de drogas por los jóvenes es un asunto mayor, que debe preocuparnos a toda la sociedad y la búsqueda de alternativas para recuperar sus vidas e integrarlos a la sociedad, nos obliga a redoblar los esfuerzos, dijo Monseñor Silvio Fonseca.
Nadie ignora, que el expendedor de estupefacientes acecha a los jóvenes en las escuelas y en sus propias casas de habitación, es un agente pernicioso, que utiliza diversas máscaras para destruir la vida de los jóvenes que a la temprana edad entre los 14 y 25 años, incursionan en actividades peligrosas y son propensos para delinquir e irrespetar a sus padres, hermanos y maestros en los centros de estudio, lamentó el púrpurado.
Pero lo que desconsuela y conmueve es que los padres de esos jóvenes, han perdido todo contacto de comunicación con sus hijos, pese a que ellos, están en peligro de muerte, son padres absortos que castigan y premian y no hablan con sus hijos, agregó.
Este es, un asunto pendiente a resolver por los padres de familia, la comunidad educativa, la comunidad y las autoridades de gobierno, porque las drogas están cercando nuestras vidas, con el avance de la tecnología, puntualizó Monseñor Silvio Fonseca, rector de la juventud.