La Conferencia Episcopal de Nicaragua, mediadora y testigo del diálogo nacional, suspendió hoy las mesas de trabajo creadas para superar la crisis que vive ese país debido a la agresión física que sufrieron los obispos en la basílica de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba.
El Episcopado había citado este lunes a la mesa de Verificación y Seguridad, así como a la mesa Electoral, no así a la de Justicia, para reiniciar el diálogo nacional, pero optó por aplazar los dos grupos de trabajo tras los sucesos en Diriamba, 42 kilómetros al sur de Managua.
Este lunes un grupo parapolicial irrumpió violentamente en la basílica de San Sebastián, donde agredió a varios obispos, entre ellos el nuncio apostólico en Nicaragua, Stanislaw Waldemar Sommertag, el cardenal Leopoldo Brenes y el obispo Silvio Báez, además de a periodistas.
La agresión ocurrió cuando los obispos viajaron a Diriamba para liberar a un grupo de enfermeros y misioneros franciscanos sitiados por los parapolicías en el templo.
La situación se presentó después de que una delegación de la Iglesia católica, acompañada por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), entró en la plaza central de Diriamba, cuya basílica estaba rodeada por unos 200 encapuchados paramilitares y parapolicías, así como decenas de policías fuertemente armados y algunos de ellos también con los rostros tapados.