La delincuencia ha cobrado bastantes víctimas en Venezuela, una de estas fue el joven legislador chavista Robert Serra.
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Mafias empotradas, comisión de delitos, muy pocos policías en las calles, bajos salarios: el mandatario venezolano Nicolás Maduro anunció de una "revolución policial" que agrega una reforma y depuración, tarea que a pesar de varios planes de seguridad implementados por el chavismo, no se realizaron.
Durante un discurso pronunciado ayer martes, Maduro prometió una "profunda depuración del sistema policial" de Venezuela, la segunda nación más violenta del mundo con una tasa de mortalidad de 53 por cada 100.000 habitantes, según la ONU.
Este aviso ocurre a raíz de la conmoción desatada por el asesinato, a principios de octubre, del joven legislador chavista Robert Serra y de que se descubriera, según las investigaciones, que dos policías en actividad que se encargaban de su seguridad estuvieron participando en el crimen.
El problema de la inseguridad, junto con el deterioro de la economía, es el que más mantiene preocupados a los venezolanos y se ha hecho más fuerte en los últimos años, pese a los más de 20 programas que en la materia ubico en marcha el chavismo, en el poder desde 1999 y al que opositores critican de ser el principal responsable de este deterioro.
De cara a una gran reforma en 2006, en Venezuela quedaron constituidos 85 cuerpos de seguridad, tres de ellos nacionales -policía nacional, científica y de inteligencia- y 82 estatales y municipales.