“El gobierno y las autoridades electorales nicaragüenses tenían la responsabilidad de salvaguardar y garantizar la integridad de las elecciones nacionales de 2011”.
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El Centro Carter se pronunció sobre el sistema electoral de Nicaragua y la reelección de magistrados del Consejo Supremo Electoral (CSE) en un comunicado . Hizo una valoración fuerte de lo cual dijo y consideró que "constituye la pérdida significativa de una oportunidad para el fortalecimiento de la maltrecha institucionalidad electoral" del país, señala. "Bajo el liderazgo de las autoridades electorales recién reelectas, con excepción de sus dos nuevos miembros, la imagen y credibilidad del CSE, así como los estándares democráticos y electorales en Nicaragua, decayeron significativamente tras el fraude comprobado en las elecciones municipales de 2008", dice el organismo . El Centro Carter se pronuncia sobre el proceso electoral del 2011 hasta ahora en el 2014 cuando ya casi lleva la mitad del período el actual presidente reelecto Daniel Ortega Saavedra. Es la tercera reelección del presidente nicaragüense en el cargo más alto del país.
El Centro Carter afirmó que esos mismos jueces electorales organizaron y celebraron en 2011 los comicios nacionales "más opacos" de los últimos veinte años en Nicaragua, en los que fue reelegido el actual mandatario, Daniel Ortega. Según el Centro Carter, que envió una delegación pequeña a Nicaragua con motivo de esas elecciones, al no estar de acuerdo con las reglas del CSE, los resultados de esos comicios fueron imposibles de verificar, "estableciendo en consecuencia un precedente nocivo para el futuro de la democracia en Nicaragua".
"En aquella ocasión la falta de transparencia destacada por las misiones de observación de la Unión Europea y de la OEA, junto a los alegatos de parcialidad en fases y aspectos relevantes del proceso electoral lesionaron la participación de las elecciones para sectores importantes de la población nicaragüense", añadió. En su comunicado, el Centro Carter expresó su esperanza en que las autoridades conduzcan una seria y profunda revisión del sistema electoral nicaragüense. “El gobierno y las autoridades electorales nicaragüenses tenían la responsabilidad de salvaguardar y garantizar la integridad de las elecciones nacionales de 2011”.
“Contrariamente, en enero de 2010 los mandatos de los miembros del CSE fueron prorrogados, en clara extralimitación de las atribuciones legales del presidente de la República, mediante decreto ejecutivo comprometiéndose como resultado la legitimidad de sus nombramientos”, enfatiza el Centro Carter. Se refería al decreto 3-2010 que prorrogó el cargo en los poderes del estado de los funcionarios.
Asimismo, invitó a la comunidad internacional a no olvidar y a prestar atención al estado de la democracia en Nicaragua "para que promuevan medidas para alentar y facilitar el retorno de Nicaragua a la celebración de elecciones abiertas, justas, transparentes y aceptadas en sus resultados". El Centro Carter fue fundado por Jimmy Carter, que fue presidente estadounidense de 1977 a 1981, con el objetivo de impulsar la democracia, según indica el organismo.
La Asamblea Nacional de Nicaragua (Parlamento), dominada por los diputados afines al Gobierno, reeligió el pasado 9 de abril a seis de los diez árbitros electorales, incluido su titular, Roberto Rivas, a quien distintos sectores acusan de ser el responsable de dirigir los últimos comicios de forma supuestamente fraudulenta.
Rivas es juez electoral desde 1995, presidente de ese Poder del Estado desde 2000 y aunque en junio de 2011 se le venció su período se mantuvo en el cargo amparado por un Decreto Ejecutivo avalado por la Corte Suprema dominada por los sandinistas. El CSE, también controlado por el oficialismo, es una de las entidades que goza de menos confianza en la población nicaragüense, de acuerdo con las más recientes encuestas de opinión divulgadas en Managua.