El conflicto interno de Ucrania todavía sigue y sin notarse alguna solución.
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El gobierno de Moldavia se encuentra en alerta sus fronteras desde ayer lunes ante los disturbios en la colindante Ucrania. Los máximos líderes de esta nación anunciaron la medida en un comunicado conjunto tras las fuerzas ucranianas desplegaron una unidad de élite en el puerto ucraniano de Odesa y que luchas entre tropas del gobierno y milicias pro rusas en el este de Ucrania provocaron muertes en ambos bandos.
El presidente Nicolae Timofti, el primer ministro Iurie Leanca y el presidente del Parlamento Igor Coreman aseguraron en la declaración que las fuerzas de seguridad habían recibido instrucciones de "dar todos los pasos necesarios para garantizar el orden público dentro del país".
No hicieron mención de una amenaza específica, pero expresaron su "preocupación por el deterioro del clima de seguridad en la región luego de la escalada de violencia en Ucrania", y reafirmaron el apoyo de Moldavia a la integridad territorial de Ucrania.
Moldavia mantiene 1,500 soldados rusos estacionados en la república separatista de Transdniéster, que recientemente hizo el pedido de integrarse a Rusia. Rusia ha dicho previamente que tiene el respeto a la integridad territorial de Moldavia, pero a los líderes moldavos les preocupa la posibilidad de disturbios en Transdniéster.
Moldavia tiene una frontera de 1.220 kilómetros con Ucrania, que se encuentra controlada mayormente por separatistas pro rusos. El lunes, el canciller británico William Hague se reunió con autoridades moldavas y dijo que la exrepública soviética debería proceder con conversaciones sobre lazos más estrechos con la Unión Europea sin ser vista como una amenaza a Rusia.
Hague dijo que Gran Bretaña se "opone enérgicamente a cualquier presión externa y cualquier violación de la soberanía y la integridad territorial".