actualizado 22 de dic. 2014    
Albricias USA y Cuba
Dado que en política nada es gratis, ¿por qué Obama dio este giro en un tema sensible para la oligarquía norteamericana?
Por Gustavo Múnera Bohórquez
Translate


En tiempo de adviento, buena nueva la regularización de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba, rotas hace más de cincuenta años luego del triunfo de la revolución cubana. Han pasado once presidentes norteamericanos hasta llegar al momento actual. Muchos sufrimientos para las partes, en cabeza de los emigrados y de quienes se han quedado en la isla. Pero, de repente se tiene la ilusión de que la sensatez prime y se haga espacio la reconciliación.

Como era de esperar, algunos no ven con buenos ojos semejante hecho. El autoexilio cubanoamericano a grito herido anuncia oposición y demandas al paso dado por Barack Obama de aceptar la avenencia del papa Francisco sobre la apertura de las respectivas embajadas. El senador republicano Marco Rubio ya anunció que esas serán sus prioridades en adelante. Él y sus ad láteres ven venir a menos el uso del socialismo cubano en beneficio propio a modo del lobo de la fábula.

Dado que en política nada es gratis, ¿por qué Obama dio este giro en un tema sensible para la oligarquía norteamericana? Varias pueden ser las razones. Una, es que nada tiene que perder, pues no puede aspirar a un tercer periodo presidencial y, por tanto, no le preocupan los votos de Florida. Además, habiendo perdido la mayoría en el Congreso, era bueno darse un champú de opinión ahora que va cuesta abajo en su rodada.

También es una carambola más compleja. En este momento Estados Unidos es el país de menor peso en la geopolítica mundial, por detrás de Rusia, China y la Unión Europea. Cualquier causa es buena para reposicionarse en el mundo. Y una de peso es la normalización de las relaciones diplomáticas con Cuba; ello mejora la pérdida de influencia de USA en el orbe y, en especial, en Latinoamérica.

Aún más, el intercambio de embajadores acompañado de canje de prisioneros, magnifica en cinemascope un gesto que desvía la atención que estaban mereciendo las torturas de la CIA en la cárcel de Guantánamo. Si bien es cierto que nadie –distinto de Cuba- le pondría bozal al discurso fariseo de los derechos humanos por parte de Estados Unidos, entenderse con el enemigo a quien se juró aniquilar presenta al Tío Sam como el justiciero del año.

En todo caso, como en el misterio de la Trinidad, tres son los ganadores para sí mismos y para sus greyes. Barack Obama, que comenzó a desembarazarse del chicharrón de Guantánamo al atenuar el interés del mundo sobre la violación de los derechos humanos; Raúl Castro, que ve triunfar su férrea defensa de la autonomía nacional y, el papa Francisco, que fiel a su convicción de una nueva doctrina del entendimiento entre las naciones, cortó sin bullas un apretado nudo gordiano que abre campos de esperanzas donde solo había ortigas.

El diario La Jornada insta a los lectores a dejar sus comentarios al respecto del tema que se aborda en esta página, siempre guardando un margen de respeto a los demás. También promovemos reportar las notas que no sigan las normas de conducta establecidas. Donde está el comentario, clic en Flag si siente que se le irrespetó y nuestro equipo hará todo lo necesario para corregirlo.

 
PUBLICIDAD.
Titulares más compartidos
 
Conéctate con nosotros en las redes sociales
 
 
INICIO | REVISTA | Nacional | Política | Internacional | Economía | Jurídicos

Ciencía & Tecno | Varios | Opinión | VIDEO | Encuestas | GALERÍA | Archivo

©2014 La Jornada. Una empresa del grupo Arévalo-Garméndez. All Rights Reserved.

Sobre nosotros | Contáctenos | Reconocimientos | Únete | Servicios | Publicidad