actualizado 25 de junio 2014    
Juegos geopolíticos transcontinentales
El 16 de mayo, Rusia y China anunciaron la firma de un tratado de amistad
Por Gustavo Adolfo Vargas
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En los últimos años, desde las discusiones y votación en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, Rusia y China comparten una antipatía por las diversas propuestas sometidas a consideración por Estados Unidos (respaldadas por países europeos) para autorizar el involucramiento directo en la lucha civil en Ucrania y en los múltiples conflictos en Medio Oriente (allanando así el camino a la injerencia militar).

Las sanciones unilaterales que Estados Unidos impuso a Rusia, por su presunta actuación en Ucrania y la amenaza de otras más, han avivado las pretensiones de Rusia por hallar salidas adicionales para su gas y petróleo.

El 16 de mayo, Rusia y China anunciaron la firma de un tratado de amistad. También develaron otro sobre gas, en el que ambos países construirán un gasoducto para exportar gas ruso a China. Los gobiernos de Occidente, los políticos y los medios pensaron que era una victoria geopolítica del presidente ruso Vladimir Putin.
Actualmente existe solo una tubería completa que se extiende a través del lejano Oriente ruso, llegando hasta la frontera china: es el gasoducto Sila Sibiri (Fuerza de Siberia), cuya construcción inició en 2007, tres años después de que Gazprom y la china CNPC signaran un acuerdo de cooperación estratégica.

China facilitará a Rusia el dinero para construir su parte del gasoducto. No obstante, para concluir el proyecto en 2018, precisan llegar a un acuerdo sobre la forma de hacerlo, cuyo costo se estima entre US$22,000 y US$30,000 millones.

Dado el incremento de la demanda interna, China requiere volúmenes adicionales de gas, sus importaciones crecieron un 20% respecto al mismo período del ejercicio anterior. Expertos chinos, calculan que en 2020, tal consumo se aproxime a 300,000 millones de metros cúbicos, y en 2030, la cifra podría subir a 600,000 millones.

En realidad, se desconoce cuál es el punto central del nuevo acuerdo Rusia-China. Quizás ambos países están interesados en una restructuración diferente de las alianzas entre los Estados. Acaso en el fondo lo que Rusia busca es un acuerdo con Alemania y China, por su parte busca otro con Estados Unidos. Su táctica es anunciar esta singular alianza entre ellos.
Respecto a la perspectiva de incluir a Rusia en una esfera europea, Alemania está claramente dividida. Su ventaja en tal arreglo, sería consolidar su base de consumidores en Rusia para su producción y garantizar sus necesidades energéticas.

Desde la óptica rusa, el objetivo del tratado de amistad Rusia-China, es fortalecer su posición en Alemania inclinada a trabajar con Rusia. Por su parte, China está interesada en refrenar a Estados Unidos, pero sin debilitar sus vínculos ni reducir su papel en Asia oriental.

China considera que ahora es su oportunidad de invertir en Estados Unidos. Aspira que acepte su surgimiento como potencia regional dominante en Asia oriental y sudoriental, utilizando su influencia para evitar que Japón y Corea del Sur se conviertan en potencias nucleares.

Lo que China quiere no converge con el lenguaje ideológico predominante en Estados Unidos. Sin embargo, a lo interno parece tener un tácito respaldo para una evolución de las alianzas, especialmente en el seno de las principales estructuras corporativas.

Rusia persigue utilizar el tratado de amistad para alentar a que ciertos grupos en Alemania se muevan en la dirección que les parezca más útil, al igual que China respecto a Estados Unidos.

El quid del asunto es cómo evolucionará en el futuro cercano el debate interno entre Alemania y Estados Unidos. Y en cuanto al argumento de que el mundo está retornando a la Guerra Fría entre Estados Unidos y Rusia, este es solo la contra táctica de quienes entienden el juego al que apuestan Rusia y China e intentan contrarrestarlo.

Estos juegos geopolíticos, posiblemente no funcionen, porque no hay certeza de nada. Empero, quienes sí tienen mucho que ganar y poco que perder con esta táctica son Rusia y China.

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