Brasil se convirtió en la séptima economía global, más de 20 millones de personas salieron de la pobreza extrema
Las elecciones generales de Brasil, se celebraron el 5 de octubre. Ninguna de las fórmulas presidenciales logró mayoría absoluta de los votos emitidos, y se efectuará una segunda vuelta en la que se enfrentarán la actual presidenta de la República, Dilma Rousseff, quien busca reelegirse por el Partido de los Trabajadores (PT), y el senador Aécio Neves del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), por ser los dos candidatos con mayor votación en primera vuelta.
El proceso electoral brasileño toca a su fin, confirmando que la gran polarización en el continente se da entre proyectos. Todo se sintetiza a un referendo sobre si el país va por buen camino a partir del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, en 2003, o si lleva un rumbo equívoco, debiendo virar de forma radical e inmediata.
La primera alternativa encuentra su expresión en Dilma Rousseff que aspira mejorar y profundizar las trasformaciones realizadas por Lula da Silva y el propio. Los demás tendrían que hacer una transformación en la política brasileña. Por cuarta vez consecutiva, el PT recurre a una segunda vuelta para ganar las elecciones presidenciales. Así fue con Lula en 2002 y 2006, y con Dilma en 2010.
Con Lula, Brasil se convirtió en la séptima economía global, más de 20 millones de personas salieron de la pobreza extrema y Río de Janeiro fue elegido como sede para los Juegos Olímpicos de 2016, siendo la primera vez en celebrarse en América del Sur. Conservó la política económica pero incrementó el gasto “social” y el país creció erigiendo su liderazgo en el mundo.
Pese a que el candidato del PT siempre llegó como líder, no logró obtener la mayoría absoluta en primera vuelta. En cuatro ocasiones los candidatos se enfrentaron a los representantes del PSDB.
En esta campaña, la tónica de la disputa presidencial cambió con la sustitución de Marina Silva, por Aécio Neves como principal candidato de la oposición. La polarización es entre una candidata que representa el proyecto iniciado por Lula y otro que encarna el gobierno de Fernando Henrique Cardoso.
Dilma Rousseff, militante de la lucha clandestina contra la dictadura, fue escogida por Lula para dar continuidad a su gobierno. Representa el eslabón secuencial y la profundización de la construcción de alternativas al neoliberalismo.
Aécio Neves, ha sabido conquistar el apoyo de Marina Silva: ¿Los electores avalarán de esa trama tejida del tinglado montado por dos políticos que, a fin de cuentas, no podrían ser más disímiles?
Antes de los resultados primarios, Lula expresó que prefería una segunda vuelta, vigorizando la democracia con el enfrentamiento de dos propuestas y más apoyo. A como ha sucedido con el PT desde 2002.
El contraste con los gobiernos del PT no podría ser mayor: prioridad a políticas sociales, proyectos integracionistas regionales, intercambio Sur-Sur, y rol activo del Estado. Se consolidó con los acuerdos de integración regional que Brasil impulsa del Mercosur a los BRICS, pasando por Unasur, Celac, Banco del Sur y Consejo Sudamericano de Defensa.
La derecha cuenta con su candidato favorito Aécio Neves, quien se vale del monopolio de los medios de comunicación, los especialistas convergen en que existe una relación directa entre la cantidad de votos y la de propaganda, de suerte que, en principio, siempre gana quien tiene más publicidad. En su contra pesa la sorpresiva derrota que tuvo en Minas Gerais, donde fue gobernador, perdiendo frente a un candidato del PT en primera vuelta.
Sin embargo, los principales analistas políticos como Steven Rosenstone, de la Universidad de Michigan, acotan que el 95% de las veces gana una elección quien va por la reelección.
Como pocas veces en la historia reciente, Brasil está dividido en dos. No es casual que sean dos los proyectos de país. Uno de ellos logrará imponerse ante el otro.
*Diplomático, jurista y politólogo.